Aunque la Charente es más conocida por su delicioso coñac, también es cuna de la producción de otras bebidas espirituosas como el whisky y el ron. Éste es también el caso de la ginebra francesa de gama alta desarrollada por Kingspirit. Esta última ha puesto la riqueza de su saber hacer al servicio de una bebida excepcional.
Coñac: la bebida histórica de Charente
Coñac: cuando el éxito de un vino lleva a su destilación
Aunque el vino de coñac es muy popular desde el siglo III, tiene el inconveniente de no viajar bien debido a su baja graduación alcohólica. Por eso, en el siglo XV, sus productores tuvieron la buena idea de destilarlo. Este nuevo aguardiente es muy popular entre los holandeses, que lo llaman “brandewijn”, que literalmente significa “vino quemado” (“brandy” en español). Como este brandy se almacena a veces durante muchos meses, los entendidos se dan cuenta de que mejora con la edad, sobre todo cuando se deposita en barricas de roble. A medida que evolucionaban las distintas técnicas de destilación, se establecieron en la ciudad de Cognac empresas comerciales que desarrollaron el comercio de esta bebida en todo el mundo.
El alambique de Charentais: uno de los secretos de la producción del coñac
El coñac se elabora a partir de zumo de uva, principalmente de Ugni Blanc, pero también pueden utilizarse otras variedades de uva. Tras el prensado de las uvas y de 5 a 7 días de fermentación, el vino resultante es ácido y turbio. A continuación, se calienta suavemente en un “alambique Charentais” de cobre. Esto permite una doble destilación, esencial para la elaboración del coñac. El resultado es un brandy con una graduación alcohólica de 70°, que se envejece en barricas de roble durante varios años. El coñac se suele elaborar mezclando diferentes aguardientes. El aguardiente final tiene un dulzor en el paladar y aromas de cítricos y fruta confitada. Cuando se embotella relativamente joven, suele ser más vivo y con notas especiadas.
Ginebra: un espíritu viajero
Ginebra: una bebida con solera en Francia
La ginebra tiende a asociarse con Gran Bretaña, pero no fueron los ingleses quienes la crearon. De hecho, la primera aparición de esta bebida se produjo en los Países Bajos españoles en el siglo XVII. Esta parte del mundo comprendía entonces la mayor parte de los actuales departamentos del Norte y Pas-de-Calais, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos. Sin embargo, el comercio de este “genever” se extendió rápidamente en Inglaterra, hasta que en 1688 se prohibió la importación de brandy. A partir de ahí, los destiladores ingleses produjeron un alcohol similar a la ginebra al que llamaron “gin”. Este ejemplo fue seguido después por muchos otros países europeos, entre ellos Francia.
Sólo especias y alcohol para hacer ginebra
Los distintos tipos de ginebra tienen en común que se elaboran a partir de un alcohol neutro de origen agrícola y aromas consistentes en bayas de enebro, cilantro y angélica. La aromatización puede realizarse antes de la destilación, por maceración de 1 a 2 días directamente en el alcohol, o por infusión durante la destilación. Entre las dos principales variedades de ginebra, está la “London Dry Gin” o “English Gin”, ligeramente aromatizada, que se utiliza tradicionalmente en cócteles. La ginebra belga u holandesa se caracteriza por una segunda destilación durante la cual se añaden aromas como regaliz, anís, piel de naranja, etc. El resultado es una bebida muy aromática.
Del coñac a la ginebra Charentais sólo hay un paso
La Charente: la región ideal para crear ginebra francesa
Aunque la ginebra y el coñac no tienen el mismo origen ni la misma receta, su producción tiene en común que exigen el dominio de, entre otras cosas, técnicas de vinificación y que requieren una doble destilación. Por eso habría sido una lástima limitar la Charente a la producción de coñac. Las empresas del sector lo han comprendido y ahora ofrecen una gama diversificada de aguardientes de calidad para deleite de los amantes del vino de todo el mundo, sin hacer sombra a la bebida emblemática del departamento. Con la experiencia de los mayores a sus espaldas, las nuevas generaciones quisieron explorar otros horizontes gustativos proponiendo, entre otras cosas, la ginebra Charentais, cuya excelencia fue enseguida la fuente de su éxito.
Kingspirit Charente Gin: para ennoblecer todos los paladares del mundo
Junto a bebidas cálidas y de color ámbar como el ron y el whisky, la ginebra francesa de Kingspirit destaca por su chispeante transparencia. El placer entra primero por los ojos, que descubren su evidente majestuosidad en una botella de pura elegancia. A pesar de la pitón dorada que lo guarda celosamente y le da un evidente aspecto de fruta prohibida, no podrá resistir la tentación de acariciar sus escamas. Así se perciben los complejos aromas de esta ginebra de Charente. La degustación revelará un amargor hechizante donde lo mejor de las bayas de enebro sirve a matices complejos y más sutiles para una experiencia gustativa fuera del tiempo y de los estándares habituales. Sus papilas gustativas simplemente se han sumergido en un momento de éxtasis que le cambiará para siempre.
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